Salmo del Día

Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.

Salmo de Hoy

Ten compasión de mí, oh Dios, pues hay gente que me persigue. Todo el día me atacan mis opresores,

todo el día me persiguen mis adversarios; son muchos los arrogantes que me atacan.

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.

Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?

Todo el día tuercen mis palabras; siempre están pensando hacerme mal.

Conspiran, se mantienen al acecho; ansiosos por quitarme la vida, vigilan todo lo que hago.

¡En tu enojo, Dios mío, humilla a esos pueblos! ¡De ningún modo los dejes escapar!

Toma en cuenta mis lamentos; registra mi llanto en tu libro. ¿Acaso no lo tienes anotado?

Cuando yo te pida ayuda, huirán mis enemigos. Una cosa sé: ¡Dios está de mi parte!

Confío en Dios y alabo su palabra; confío en el Señor y alabo su palabra;

confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal?

He hecho votos delante de ti, oh Dios, y te presentaré mis ofrendas de gratitud.

Tú, oh Dios, me has librado de tropiezos, me has librado de la muerte, para que siempre, en tu presencia, camine en la luz de la vida.

Salmo 56

Salmo de Ayer

Den gracias al Señor , porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Que proclame el pueblo de Israel: «Su gran amor perdura para siempre».

Que proclamen los descendientes de Aarón: «Su gran amor perdura para siempre».

Que proclamen los que temen al Señor : «Su gran amor perdura para siempre».

Desde mi angustia clamé al Señor , y él respondió dándome libertad.

El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?

El Señor está conmigo, él es mi ayuda; ¡ya veré por los suelos a los que me odian!

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre.

Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.

Todas las naciones me rodearon, pero en el nombre del Señor las aniquilé.

Me rodearon por completo, pero en el nombre del Señor las aniquilé.

Me rodearon como avispas, pero se consumieron como zarzas en el fuego. ¡En el nombre del Señor las aniquilé!

Me empujaron con violencia para que cayera, pero el Señor me ayudó.

El Señor es mi fuerza y mi canto; ¡él es mi salvación!

Gritos de júbilo y victoria resuenan en las casas de los justos: «¡La diestra del Señor realiza proezas!

¡La diestra del Señor es exaltada! ¡La diestra del Señor realiza proezas!»

No he de morir; he de vivir para proclamar las maravillas del Señor.

El Señor me ha castigado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte.

Ábranme las puertas de la justicia para que entre yo a dar gracias al Señor.

Son las puertas del Señor , por las que entran los justos.

¡Te daré gracias porque me respondiste, porque eres mi salvación!

La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular.

Esto ha sido obra del Señor , y nos deja maravillados.

Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él.

Señor , ¡danos la salvación! Señor , ¡concédenos la victoria!

Bendito el que viene en el nombre del Señor . Desde la casa del Señor los bendecimos.

El Señor es Dios y nos ilumina. Únanse a la procesión portando ramas en la mano hasta los cuernos del altar.

Tú eres mi Dios, por eso te doy gracias; tú eres mi Dios, por eso te exalto.

Den gracias al Señor , porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.

Salmo 118

Salmo de Anteayer

¡El Señor es rey! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las costas más remotas!

Oscuros nubarrones lo rodean; la rectitud y la justicia son la base de su trono.

El fuego va delante de él y consume a los adversarios que lo rodean.

Sus relámpagos iluminan el mundo; al verlos, la tierra se estremece.

Ante el Señor , dueño de toda la tierra, las montañas se derriten como cera.

Los cielos proclaman su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.

Sean avergonzados todos los idólatras, los que se jactan de sus ídolos inútiles. ¡Póstrense ante él todos los dioses!

Señor , por causa de tus juicios Sión escucha esto y se alegra, y las ciudades de Judá se regocijan.

Porque tú eres el Señor Altísimo, por encima de toda la tierra. ¡Tú estás muy por encima de todos los dioses!

El Señor ama a los que odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos.

La luz se esparce sobre los justos, y la alegría sobre los rectos de corazón.

Alégrense en el Señor , ustedes los justos, y alaben su santo nombre.

Salmo 97