Salmo del Día

Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.

Salmo de Hoy

Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.

Mi alma se gloría en el Señor ; lo oirán los humildes y se alegrarán.

Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre.

Busqué al Señor , y él me respondió; me libró de todos mis temores.

Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza.

Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias.

El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos.

Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian.

Teman al Señor , ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen.

Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta.

Vengan, hijos míos, y escúchenme, que voy a enseñarles el temor del Señor.

El que quiera amar la vida y gozar de días felices,

que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños;

que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga.

Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones;

el rostro del Señor está contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria.

Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias.

El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.

Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas;

le protegerá todos los huesos, y ni uno solo le quebrarán.

La maldad destruye a los malvados; serán condenados los enemigos de los justos.

El Señor libra a sus siervos; no serán condenados los que en él confían.

Salmo 34

Salmo de Ayer

En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel, con los puros de corazón!

Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara.

Sentí envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados.

Ellos no tienen ningún problema; su cuerpo está fuerte y saludable.

Libres están de los afanes de todos; no les afectan los infortunios humanos.

Por eso lucen su orgullo como un collar, y hacen gala de su violencia.

¡Están que revientan de malicia, y hasta se les ven sus malas intenciones!

Son burlones, hablan con doblez, y arrogantes oprimen y amenazan.

Con la boca increpan al cielo, con la lengua dominan la tierra.

Por eso la gente acude a ellos y cree todo lo que afirman.

Hasta dicen: «¿Cómo puede Dios saberlo? ¿Acaso el Altísimo tiene entendimiento?»

Así son los impíos; sin afanarse, aumentan sus riquezas.

En verdad, ¿de qué me sirve mantener mi corazón limpio y mis manos lavadas en la inocencia,

si todo el día me golpean y de mañana me castigan?

Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos», habría traicionado a tu linaje.

Cuando traté de comprender todo esto, me resultó una carga insoportable,

hasta que entré en el santuario de Dios; allí comprendí cuál será el destino de los malvados:

En verdad, los has puesto en terreno resbaladizo, y los empujas a su propia destrucción.

¡En un instante serán destruidos, totalmente consumidos por el terror!

Como quien despierta de un sueño, así, Señor, cuando tú te levantes, desecharás su falsa apariencia.

Se me afligía el corazón y se me amargaba el ánimo

por mi necedad e ignorancia. ¡Me porté contigo como una bestia!

Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha.

Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria.

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.

Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.

Perecerán los que se alejen de ti; tú destruyes a los que te son infieles.

Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras.

Salmo 73

Salmo de Anteayer

Quiero cantar al amor y a la justicia: quiero, Señor , cantarte salmos.

Quiero triunfar en el camino de perfección: ¿cuándo me visitarás? Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón.

No me pondré como meta nada en que haya perversidad. Las acciones de gente desleal las aborrezco; no tendrán nada que ver conmigo.

Alejaré de mí toda intención perversa; no tendrá cabida en mí la maldad.

Al que en secreto calumnie a su prójimo, lo haré callar para siempre; al de ojos altivos y corazón soberbio no lo soportaré.

Pondré mis ojos en los fieles de la tierra, para que habiten conmigo; solo estarán a mi servicio los de conducta intachable.

Jamás habitará bajo mi techo nadie que practique el engaño; jamás prevalecerá en mi presencia nadie que hable con falsedad.

Cada mañana reduciré al silencio a todos los impíos que hay en la tierra; extirparé de la ciudad del Señor a todos los malhechores.

Salmo 101