Devocional diario
Un devocional diario para fortalecer tu relación con Dios.
Devocional de Hoy
Orando por los hermanos
Hermanos, oren también por nosotros.
1 Tesalonicenses 5:25
No somos autosuficientes. Dependemos de Dios y necesitamos ayuda los unos de los otros. La vida cristiana es así, no podemos conquistar mucho solos. Hay momentos en los que necesitamos ayuda y ahí está la importancia de tener comunión y mantenernos cerca de los demás. Un amigo de verdad está al lado en las batallas en oración y no solamente en los tiempos de celebración.
Pedir oración es un ejercicio de humildad. Es reconocer que no se conquista nada solo. Aceptar una mano extendida no nos convierte en inferiores. Recibir ayuda forma parte de la victoria, no de la derrota. Hasta el apóstol Pablo - que escribió más de la mitad del Nuevo Testamento - pedía constantemente a los hermanos que le auxiliaran en oración. Pablo sabía cuán importante era "pelear la buena batalla" juntos, tanto orando por el crecimiento espiritual de los hermanos como recibiendo la oración de la iglesia. Orar los unos por los otros mantiene el cuerpo de Cristo unido y nos hace caminar rumbo a la misma meta.
Un hermano en oración:
- Crea el hábito de orar siempre por algún hermano durante tus oraciones diarias.
- Intenta estar accesible a los hermanos. Mantente dispuesto a escuchar y a extender una mano cuando te lo pidan.
- Cuando oramos por alguien Dios pelea por nosotros.
Para orar:
Señor Jesús, hoy quiero dedicar mi oración a mi hermano amado. Derrama tu favor sobre él, ilumina sus pasos. Que tus bendiciones sean motivo de alabanza y de adoración a ti. Amén.
Devocional de Ayer
Esperanza que va más allá de la vida
¡Si solo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres!
(1 Corintios 15:19)
La idea que expresa este versículo nos alerta sobre una realidad que olvidamos muchas veces: hay mucho más que la vida que vemos aquí. Al igual que un feto vive bien en el útero durante nueve meses sin saber lo que le espera en el universo exterior, nosotros tampoco tenemos idea de lo que viene.
Lo que vivimos aquí en la tierra es solo un vistazo de lo que nos espera en la eternidad.
El sufrimiento y las dificultades que atravesamos ahora no se comparan con las maravillas que experimentaremos en la eternidad junto a nuestro Señor. ¡Nuestra esperanza no debe ser solo terrenal, sino una esperanza viva, ligada a la eternidad!
Nuestra alma espera en el SEÑOR;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Por eso, nuestro corazón se alegra en él, porque en su santo nombre
hemos confiado.
Sea tu misericordia, oh SEÑOR, sobre nosotros
según lo esperamos de ti.
(Salmo 33:20-22)
¿Y cuál es la prueba y la certeza de esta esperanza nuestra? ¡La resurrección de Jesucristo! Así como él resucitó, podemos creer que todo lo que él dijo que sucederá. Quien cree en Jesús, aunque muera físicamente, vivirá para siempre (Juan 11:25).
Dios tiene mucho más para ti
- Nunca lo olvides: aquí eres un peregrino. Como cristiano, tu meta es el cielo. ¡La Palabra de Dios es fuente de esperanza! Aliméntate y regocíjate en esta esperanza.
- Las recompensas por nuestra confianza y temor de Dios no cesan cuando esta vida termina.
- La esperanza cristiana no se limita a las circunstancias de la vida. Ora y encomienda tus dificultades al cuidado de aquel que tiene el control de todo.
- La resurrección de Jesús es prueba de que Cristo es la verdad. Por tanto, nuestra fe no es en vano. Confía en el Señor y busca conocerlo diariamente.
Para orar:
Señor Dios, gracias porque no vivimos desamparados en este mundo. Te agradezco tu bondad que sostiene nuestra fe diariamente. Moriste en nuestro lugar y nos trajiste salvación y perdón. Pero nuestra esperanza no fue diezmada por la muerte. ¡Al tercer día, Jesús resucitó! Y, porque estás vivo, tengo esperanza y puedo creer que vendrán tiempos mejores. Mi esperanza está en ti, oh Dios. ¡Ayúdame a mirarte siempre, esperando la eternidad contigo! Amén.
Devocional de Anteayer
Anda como un hijo de Dios
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
- Juan 1:12-13
Ser hijo de Dios es la mayor de todas las dádivas que podemos recibir como seres humanos. Ningún otro ser creado tiene ese privilegio. Cuando creemos en Jesús y lo aceptamos como Salvador por fe, dejamos de ser meras criaturas y pasamos a ser adoptados como hijos por el Padre celestial. Esa adopción a través del gran amor de Dios por medio de su Hijo unigénito es algo fantástico.
El que es nacido de Dios puede andar en su presencia confiando y siendo más como Jesús, nuestro Señor y nuestra meta. Si fijamos nuestra atención en el Hijo de Dios, encontraremos en él nuestro patrón y mejor ejemplo para agradar al Padre en todo. A lo largo del camino, por fe, y con el perfeccionamiento que viene de Dios, vamos adquiriendo aspectos del carácter de Cristo para ser más semejantes a él como hijos genuinos y amados del Padre.
Anda y vive como hijo de Dios:
- Si aun no has recibido a Jesús como Señor en tu corazón, este es el primer paso para llegar a ser un hijo de Dios.
- Arrepiéntete de tus errores y cree en Jesús para ser aceptado en la gran familia de Dios.
- Jesús es la mejor referencia para aprender a ser mejores hijos de Dios. Conoce más sobre él a través del estudio de la Biblia.
- Busca acercarte a Dios diariamente. Demuestra en la práctica tu amor y dedicación a él.
- Congrégate junto a otros hermanos en Cristo en una familia cristiana saludable para allí amar, servir y ser edificado en la fe.
Para orar:
Señor Dios, muchas gracias por amarme y aceptarme como hijo en tu gran familia. Por tu gracia en Jesús puedo recibir el perdón y la salvación para estar para siempre junto a ti. Ayúdame para que durante toda mi vida yo pueda andar como tu hijo Jesús que te honró y te amó hasta el fin. Amén.
Qué es el Devocional diario
El Devocional diario es un momento especial del día que dedicas para tener un tiempo precioso de comunión con Dios. Es muy sencillo establecer una rutina emocionante de descubrimiento y crecimiento espiritual. Lo lograrás al separar un momento cada día para acercarte al Señor. Durante el Devocional leerás un versículo de la Biblia con una meditación sobre el texto. Luego, meditarás sobre las enseñanzas y cómo aplicarlas en tu vida. Al final, podrás orar.
Cómo hacer tu Devocional diario
Aquí tienes unos consejos para que aproveches al máximo la lectura del mensaje bíblico durante el Devocional diario:
- Aparta un momento y escoge un lugar específico: tu momento devocional será más provechoso si dejas de lado el ajetreo e inviertes en un tiempo placentero a solas con Dios.
- Lee el versículo o el pasaje bíblico con atención: desarrolla un estilo de vida comprometido con la Palabra de Dios todos los días y evita las distracciones.
- Lee la meditación diaria: reflexiona e intenta comprender el propósito de Dios para tu vida a través de los comentarios.
- Aplicación práctica: anota tus descubrimientos y no olvides poner en práctica todo lo que has aprendido por medio de la Biblia.
- Comparte lo que aprendiste: intenta compartir con otras personas a través de tus conversaciones e interacciones diarias lo que Dios te enseña en tus momentos de devocional diario.
¡No olvides la importancia de vivir una vida totalmente comprometida con la Palabra de Dios!